Activistas de FAPAC, El Arca de Noé de Córdoba, la Asociación Abogacía Andaluza por la Defensa Animal, los veterinarios de AVATMA y Empatiza Córdoba, han entregado más de 11.800 firmas en Delegación de gobierno y Junta de Andalucía, para pedir la cancelación de la corrida  de toros del día 12 de octubre que se va a celebrar en el Coso de los Califas de Córdoba.  

Consideran que, en plena pandemia de la COVID-19 y por las restricciones aplicadas a otros eventos de carácter público en la coyuntura actual, no se debería celebrar un evento de estas características en la ciudad andaluza, que además presenta una de las tasas de contagio más altas.  

Lamentan que el gobierno de la Junta de Andalucía apruebe el evento organizado por la empresa taurina “Lances de  Futuro”, que atraerá a personas de distintas ciudades. Señalan que, desde la web de la empresa, el festejo que se desarrollará en la mencionada plaza de toros, ha sido catalogado como el "epicentro mundial del toreo", y que puede ser un reclamo peligroso para incrementar el riesgo de contagio y extender el virus.  

Advierten que la empresa pretende controlar a 2.500 personas en la entrada, interior y salida del evento,  pero estiman que su celebración  es una irresponsabilidad, con tal magnitud de espectadores, por el alto  riesgo de contagio ante las posibles aglomeraciones que se puedan dar durante la realización del mismo. Recuerdan que las que ocurrieron en el evento del día 6 de agosto en El Puerto de Santa María, no se pueden volver a repetir apelando a la  seguridad de los asistentes y del resto de ciudadanos.  

Remarcan que la empresa permitirá la entrada a menores de edad para que estén presentes en un espectáculo de violencia  extrema, que según el Comité de los Derechos del Niño de la ONU, vulnera los derechos de los menores. Afirman que la empatía es la  capacidad que debe ser inculcada desde pequeños, y que su presencia en eventos de esta índole, puede  insensibilizar a la población infantil.  

Ratifican que la tortura jamás será cultura, y que la tauromaquia es un evento anacrónico de maltrato animal legalizado, que tiene  alternativas verdaderamente culturales y deportivas, para llenar este tipo de espacios públicos cuando la pandemia  pase. Cualquier ayuda pública al sector taurino debería ser utilizada en la organización de otro tipo de espectáculos, como los anteriormente mencionados.